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martes, 18 de octubre de 2011

LOS CYBERGOTHS Y LAS NUEVAS TRIBUS URBANAS EN JUAREZ


Fuente: Diario.com

Tras la controversial irrupción, en la década pasada, de aquellos adolescentes autodenominados “emos” en Juárez y otras ciudades, a la par de otros conocidos como darketos, góticos y punketos, ahora empiezan a identificarse en esta frontera nuevos grupos de jóvenes con nombres como cybergoths, edhardys, hipsters, tribales y otakus.

Estos colectivos, integrados en su mayoría por adolescentes y adultos jóvenes, fueron bautizados por sociólogos y antropólogos como “tribus urbanas” porque llevan estilos de vida, actividades e indumentarias particulares que los identifican de otros grupos.

Los miembros de estas tribus urbanas, de acuerdo con los estudiosos, se unen bajo un conjunto de características, pensamientos, modas e intereses comunes para formar comunidades relativamente pequeñas pero con una identidad propia.

De hecho, explicaron catedráticos de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACh), el nombre de tribu urbana fue utilizado por primera vez en 1990 por Michel Maffesoli en un libro llamado El tiempo de las tribus, en el que hacía referencia a este fenómeno que se presenta entre los jóvenes.

Así, en esta ciudad se pueden ubicar desde muchachos que visten de negro y tiñen sus cabellos de colores llamativos, pasando por otros que son seguidores de las caricaturas japonesas conocidas como anime, de las revistas manga y videojuegos con esas características, hasta los que suelen vestir con ropas y símbolos a quienes algunos identifican con una subcultura surgida del narcotráfico sin que por ello sus miembros sean delincuentes.

“Muchos son seguidores de una moda, pero no de una ideología, sólo se muestran contra la sociedad en su forma de vestir, por lo que se trata de una manera de expresión social, sin que exista en realidad un trasfondo cultural”, explicó Juan Antonio Ramírez, sociólogo y catedrático de la UACh.

No obstante, los conocidos como cybergoths son jóvenes que además de sus atuendos llamativos se manifiestan a favor del medio ambiente y contra los peligros biológicos ocasionados por tantas sustancias químicas que son arrojadas en el entorno donde habitan los seres vivos.

“Son una tontería, quítales la ropa y no son más que lo mismo que todos los demás”, expresó Edith, estudiante de leyes, cuando se le pidió su opinión sobre estos grupos que para algunos resultan estrafalarios por su manera de vestir.

A su vez, José Álvarez, trabajador de maquiladora, manifestó que le parece “de lo mejor” que las distintas generaciones estén entretenidas en algo a favor de la ciudad, ya que eso los puede alejar un poco de las adicciones y de los malos hábitos.

Mariel Ramos, estudiante de psicología, mencionó que la mayoría de las subculturas que se desarrollan en urbes como Juárez, tratan de llamar la atención, muchas veces con un enfoque desviado y negativo, pero no en todos los casos.

Agregó que muchos son jóvenes con la necesidad de pertenecer a algún grupo donde pueden obtener poder o necesidad de logro.

Al contrario de Mariel, Rubén Ríos, empleado de una tienda departamental, les otorgó su beneplácito, y relató que son ellos, los que no se quedan callados, quienes pueden cambiar con sus ideas la situación de violencia y contaminación en que vivimos.

Los cybergoths, estrafalarios y ecologistas
“Esto no es sólo una moda, es también un movimiento a favor del medio ambiente, por eso utilizamos el símbolo de Biohazard que significa peligros biológicos”, explicó Mario, integrante de Sariax Corporation (grupo de jóvenes cybergoths).

Si bien la moda inspirada en la ciencia-ficción y el interés en la música electrónica son dos áreas que definen la subcultura cibernética, los cybers también tienden a tener un interés general en las nuevas tecnologías, su influencia en la sociedad, y otros temas de la cibercultura, comentó.

“Somos ecologistas, y bailamos música industrial, electrodark, y biocyber que son diferentes géneros musicales, para exponer nuestras ideas”, agregó.

Estos grupos están asociados en gran parte con la música electrónica y la mayoría de sus ramas, como el aggotech, el futurepop y el darkwave, entre otras, según mencionaron algunos de sus integrantes en esta ciudad.

Son, además, una manifestación en contra de la contaminación global de sustancias químicas que dañan a los seres humanos, por ello usan máscaras antigases como parte de su atuendo.

En Ciudad Juárez son muy pocos los jóvenes que pertenecen a este tipo de tribu urbana, es por eso que no mucha gente los conoce.

“Nuestro objetivo es poder ser una cultura bien conocida en Juárez y poder brindarle nuestro mensaje a los ciudadanos”, relató Selene, de 16 años, también partícipe de este movimiento.

El atuendo que caracteriza a los cybergoths tiene múltiples colores, especialmente fosforescentes, que representan la radiación de las plantas nucleares y los desechos tóxicos fatales.

Asimismo, utilizan peinados al estilo rastafari pero con mechas pintadas de diversos colores.

Se les puede ver en ocasiones rondando por diferentes partes de la ciudad, como en el centro y en el Parque Central, expresándose y dando a conocer su modus vivendi y su forma de pensar.

El gusto por lo japonés: los otakus
Una tribu urbana que ha tenido gran crecimiento en esta frontera de unos años a la fecha es la de los “otaku”, término japonés que se utiliza para denominar a las personas aficionadas o seguidoras de caricaturas de origen nipón llamadas “anime”, “manga”, así como a los videojuegos.

Cuauhtémoc Guerrero, quien organiza desde 2002 la Convención de la Frontera enfocada a los cómics, manga, aficiones y pasatiempos, dijo que muchos juarenses fanáticos se reúnen en Plaza de las Américas e incluso que hay escuelas y universidades en donde estructuran sus propios grupos de otakus.

“Por lo regular el tipo de otaku que yo conozco son en su mayoría estudiantes, desde secundaria a universidad, otros incluso ya son titulados como médicos, licenciados e ingenieros”, comentó.

Guerrero explicó que un otaku comienza en la adolescencia –e incluso en la niñez– “cuando tus gustos ya son un poco más definidos y comienzas a adquirir tus propios animes; los chicos se ponen sobrenombres en japonés, comen comida japonesa, cantan en ese idioma y además aprenden a hablarlo”, agregó.

Otra característica de muchos seguidores del “anime” es que hablan por lo menos tres idiomas, por lo regular español, inglés y japonés, dijo.

Los temas que abordan ese tipo de dibujos animados están relacionados con la cultura japonesa, aunque algunas series están clasificadas para adultos.

Cuauhtémoc expresó que este grupo urbano llegó a la localidad gracias a la influencia de Estados Unidos, pero también en la década de 1990 la televisión mexicana comenzó a influenciar a esas generaciones con caricaturas como Dragon Ball, Candy Candy, entre otras.

Asimismo, comentó que existen fans de las caricaturas japonesas de todas las edades, como es el caso de Esteban López, un niño de nueve años aficionado al “anime” desde que tenía cinco, quien platicó que sus padres no lo dejaban ver “anime” porque le decían que eran violentas, pero que lo que más le gusta de ellas es que los personajes tienen un objetivo, y para lograrlo tienen que luchar.

De manera periódica se realizan convenciones en la ciudad para los seguidores otakus, en donde éstos tienen la oportunidad de congregarse.

A esas reuniones acuden al lugar del evento disfrazados de personajes de caricaturas, cantan karaoke y compran figuras, películas o “mangas”, que son revistas de cómics de Japón.

Después de dos años sin realizar un evento de este tipo en Ciudad Juárez, Cuauhtémoc espera que para septiembre de este año logre concretarse una nueva convención, a la que está convencido que acudirán cientos de “otakus” como en las ocasiones anteriores.

La subcultura que proviene del tatuaje: los edhardys
El nombre de esta tribu urbana proviene originalmente del tatuador norteamericano Don Ed Hardy, a quien se le considera como el primer diseñador en realizar sus dibujos y tatuajes con técnicas y estética asiática.

De acuerdo con datos proporcionados por seguidores de esta moda, en 2004 el estadounidense Christian Audigier compró los derechos para producir una línea de ropa llamada Ed Hardy, que está basada en diseños del artista, generando desde entonces una larga lista de seguidores, entre quienes se hallan algunos grupos de Ciudad Juárez.

La ropa que utilizan estos jóvenes puede resultar llamativa por las figuras estampadas a lo largo y ancho de las prendas, que varían desde tigres hasta calaveras. Además, con frecuencia tienen bordadas lentejuelas que dan brillo a la indumentaria.

“Lo mejor es que mucha gente te voltea a ver porque llamas la atención, te haces muy popular”, comentó Karla, una universitaria de 21 años, quien se considera “edhardy” porque lo que más le gusta de esta tendencia es precisamente la ropa.

“Es para gente con estilo y con gustos diferentes”, aseguró la estudiante.

Sin embargo, esta tribu urbana no sólo se caracteriza por su forma de vestir, sino también sobresale por algunos detalles en el modo de vida de sus miembros.

“Nos gusta estar entre amigos, nos juntamos en caravana en nuestras camionetas, escuchamos corridos. Organizamos carnes asadas, ponemos música de banda y tomamos cerveza y whisky, pero todo tranquilo”, sonrió la estudiante al recordar sus reuniones.

Karla dijo haber escuchado alguna vez señalamientos que los ligan con personas ligadas al narcotráfico, pero señaló que las acusaciones son por el tipo de música que escuchan y su manera de actuar y de vestir.

“Son personas que quieren aparentar tener mucho dinero, siempre andan en sus trocas patinando las llantas, oyendo narcocorridos y tomando cerveza”, señaló quejumbroso Miguel, estudiante universitario.

Pero Karla aclaró que, a pesar de ello, “no todos somos narcos”.

Entre muchos varones que siguen esta tendencia llama también la atención que se sacan y se delinean las cejas.

La estética edhardy abarca hasta el arreglo de las uñas, ya que algunas de las mujeres que siguen esta moda se las pintan con motivos originados en los tatuajes.

“La gente piensa que esta moda es para delincuentes solamente, a mí me gusta el estilo de la ropa, la música, pasear en los carros y festejar con mis amigos, pero eso no quiere decir que forme parte de algún cártel”, especificó un estudiante universitario que prefirió omitir su nombre.

El sociólogo Antonio Ramírez explicó que la conducta que siguen los miembros de estos colectivos puede atribuirse a que el ser humano tiene la necesidad de pertenecer a un grupo y que en su afán de ser aceptado se porta como el resto de sus compañeros.

Algunos críticos y analistas dicen que el fenómeno de las tribus urbanas no es más que la búsqueda de los jóvenes por la identidad tan añorada.

Cuando un joven se junta a una sociedad que posee las mismas tendencias, modas y pensamientos que él, éste se sentirá identificado tanto con el grupo como con sus símbolos y modas.

Los hipsters, una postura ante la vida
Un grupo que tiene algunos seguidores en Ciudad Juárez es conocido como hipsters.

En la década de los 40 del siglo pasado se acuñó el término “hipster” para bautizar a las personas que gustaban del jazz y de la literatura; a ellos se les puede identificar por usar gafas de pasta, por la manera en que fuman sus cigarros importados, y por escuchar música alternativa.

Para quienes se autodenominan hipsters en Juárez, lejos de ser una moda se trata de un “espectro de personalidad”, porque abarca desde la alimentación hasta la vestimenta.

A partir de 1990 se les empezó a denominar así a los jóvenes con gustos por el cine independiente, la comida orgánica, música alternativa y algunas otros factores que incluyeran aspectos de la cultura no predominante.

“Es un estilo de vida en el cual reflejo lo que soy, pienso y siento, es expresar libremente lo que eres sin importar opinión alguna”, manifestó Braulio, parte de esa tribu en esta localidad.

Otro hipster, quien prefirió quedar en el anonimato, comentó que gusta de las ideas políticas de izquierda, el diseño gráfico y las artes.

Mencionó que no ha sufrido discriminación como muchos muchachos de otras subculturas, porque casi no hay jóvenes como él en la ciudad y “la gente todavía no nos conoce mucho”.

En la cultura juvenil, el termino hipster usualmente se refiere a personas jóvenes con cierto gusto por el rock independiente, el skateboarding y otros deportes urbanos, con un sentido irónico de la moda o, de una u otra manera, de estilo “bohemio”, según los catalogan estudiosos de los movimientos urbanos.

Son típicamente asociados con la cultura alternativa, particularmente música alternativa, cine independiente o cualquier otra forma de música o cultura fuera de lo común.

Consumen comida orgánica, beben cerveza, y escuchan programas de radio no habituales.

Los jóvenes hipsters contemporáneos son mayormente asociados con un gusto general por la búsqueda intelectual.

De acuerdo con sociólogos, para los adolescentes el grupo de amigos es el referente principal. Los muchachos tratan de buscar una salida ante la insatisfactoria realidad que se le presenta como futuro, ya sea para evadirla o para enfrentarla.

Cuando se es adolescente, agregan, una de las máximas pretensiones es la diferenciación del resto del mundo, sin embargo, en el intento por ser distinto, paradójicamente recaen en la igualdad grupal.

Las botas superpicudas de los tribales
Una corriente que nació en Matehuala, San Luis Potosí, y que se ha extendido a algunos grupos de mexicanos en Estados Unidos, apenas empieza a hacerse presente en Ciudad Juárez, y es la de los conocidos como “tribales” por el género de música que escuchan.

Los tribales escuchan y bailan una mezcla de cumbia colombiana con sonidos africanos.

Sin embargo, lo más representativo de estas personas es que calzan botas “súperpicudas”.

En Ciudad Juárez hay fabricantes de este tipo de calzado muy puntiagudo, como es el caso de Felipe Hernández, de botas Paso del Norte, donde tiene un par en exhibición, pero comenta que difícilmente se venderá, pues no va con el estilo de los chihuahuenses.

“La gente de aquí del norte jamás se va a poner unas botas como esas, porque en el estado somos un poquito más serios para vestirnos, aunque me gustaría ver a alguien, porque yo no sé cómo le hacen para caminar o incluso para bailar”, bromeó mientras toma un ejemplar.

Hernández ha hecho 60 pares de este tipo de calzado, pero comenta que ninguno de ellos se vendió en Ciudad Juárez, y que todos fueron enviados a clientes en Dallas y Houston, Texas.

Juan Antonio Ramírez, sociólogo y catedrático de la UACH, explicó que esta corriente es más vista en paisanos que radican en el extranjero, pues las utilizan por melancolía, porque extrañan su cultura.

Hernández complementa lo dicho por el docente, pues dice que para algunas de las botas que ha hecho, le han pedido que lleven dibujos que representen a su lugar de origen, como un alacrán, con el cual se identifican los duranguenses.

“A lo mejor te estás adelantando a los hechos aquí en Juárez, porque puede que después sí lo vayan a ver tus ojos”, manifestó escéptico el fabricante, aunque agregó que uno de sus empleados vio a una persona con esas botas en la colonia Felipe Ángeles

El profesor Ramírez, no obstante, argumentó que la gente de la frontera está muy influenciada por la cultura de Estados Unidos y que –salvo casos aislados– los juarenses no se vestirían así.

LOS EMOS

Fuente: Blog

Conocida como la tribu de “LOS ADOLESCENTES TRISTES”. Chicos muy sensibles ligados a sus emociones.De allí que los identificamos con la palabra EMO.

Muchos de ellos sienten dolor en el corazón los que suelen descargar a través de cortes en la muñeca, para transmitir su dolor sentimental en físico. En otras oportunidades, ellos dicen hacer este acto para llamar la atención.

Disfrutan de escribir poesía, dibujar y tocar instrumentos. Son de destacarse en las artes.
Algunos son muy introvertidos, otros no tanto. Pero todos comparten el mismo sentimiento, LA TRISTEZA.

Muchos de ellos, tienen su fotolog para publicar imágenes de sus bandas favoritas, o para compartir con otra gente lo que sienten. Dándole a su fotolog un uso diferente al que le dan los floggers.

Uno de sus puntos de encuentro en Buenos Aires es “la Bond Street”, como muchos otros.

Su look se distingue por un corte de pelo en capas bien definidas y planchado. Infaltable el flequillo largo hacia el costado, tapando un ojo o, a veces, tapando los dos. La mayoría tiene el pelo teñido de negro con un mechón de pelo de algún color como rojo, fucsia, violeta, entre otros. Además, se delinean en gran cantidad los ojos en color negro, tanto chicas como chicos. Y usan sombras de colores como fucsia, violeta o celeste alrededor de sus ojos.

Su vestuario es negro con toques de otro color (fucsia, violeta, rojo, blanco o gris). Usan pantalones chupines negros, polleras con enaguas de tul, remeras ajustadas de bandas, suéter con escote en V, medias largas rayadas o con lunares. Algunos emos utilizan tapados largos. Sus calzados pueden ser zapatillas abotinadas de lona o botas.

Entre los accesorios que mas usan están: muñequeras a cuadritos, pulseras y cinturones con tachas, piercings, alguna hebilla, vincha o moño en el pelo, mochilas generalmente negras, pins, muñecos de trapo, etc.

Muchos de ellos son fanáticos de imágenes de Jack (el personaje de “El cadáver de la novia”), Hello Kitty (color negro y fucsia), calaveras, imágenes "a cuadritos" (de dos colores), etc.

Algunas de sus bandas favoritas son Panic! at the disco, My Chemical Romance , From first to last, Thirty seconds to Mars, Lostprophets, Alesana, Avril lavigne, Evanescence, etc.